Cuando comemos ¿A quién alimentamos?

En este viaje de acompañar y ayudar a personas de todo el mundo a controlar su peso y dieta, siempre me encuentro con el mismo desafío … «Quiero controlar el hambre» o «No puedo controlar mi deseo de comer».

Esta frase que escucho de manera tan regular, me intriga como coach porque el «querer comer» no es algo controlable, ya que es esencial para vivir, pero el porque se vuelve en un mal hábito y que hay detrás de esto es lo que yo busco comprender.

Si buscamos e internalizamos lo que realmente significa el hambre, podemos decir que es una escasez de alimentos o una necesidad de alimentarse, y que con una cantidad específica de nutrientes y vitaminas se logra ese objetivo.

Según este entendimiento, lo que sientes cuando tienes ganas incontrolables de comer no es hambre, entonces, ¿qué es? ¿Qué es lo que realmente necesitas controlar? ¿Asociamos el hambre con qué?

El deseo de comer o famosos antojos, son algo muy común en los seres humanos y lo que está detrás de ello es llenar algún vacío emocional o pensamiento que nos causa tristeza o angustia.

Normalmente es una manera rápida y eficaz de olvidar algún problema, llenar alguna emoción o simplemente no pensar después de un largo día de trabajo.Puede estar relacionado con la pérdida de alguien o algo, con aburrimiento y falta de motivación, con dolor y tristeza o porque es la única forma de des-estresarse.

La ansiedad está totalmente vinculada al no estar viviendo el momento presente. Si estamos en el pasado , estamos ansiosos y podemos empezar a comer demás o a tomar otros mecanismos de escape. Lo mismo pasa cuando estamos preocupados del futuro, porque el ansia a lo desconocido suele ganar, generando inconformidad y ganas de llenar ese vacío y esas ganas de comer algo rápido, que en este caso son los dulces o comer a destajo.

Existe un ejercicio que realmente ha ayudado a muchísimos clientes con los cuales he trabajado esto, es una manera de tratar los malos hábitos con amor, entendimiento y comprensión. Trata de estar muy consciente en el momento en el cual vas a empezar a comer más de la cuenta y agarrar tu cuaderno y escribir….

¿Cómo me siento en este momento?

¿Qué necesito ahora mismo?

¿Qué otra manera tengo de cumplir esta necesidad?

¿Para qué me sirve hacerlo de manera distinta?

¿Quién seré cuando logre hacerlo de manera distinta?

Estas preguntas nos ayudan increíblemente porque apuntan a ver el problema de raíz y a darnos tiempo para pensar lo que estamos haciendo. Escribir y centrarnos cuando estamos en un momento de descontrol es la clave para poder comenzar a vivir plena y conscientemente.

El entendimiento del porque actuamos hacia la comida como un llenador de emociones y no para lo que realmente sirve que es alimentarnos y nutrirnos, nos abre las puertas no solo a un cuerpo sano y equilibrado , si no también a una mente clara que se controla a ella misma.

Algunos tips que nos ayudarán a diferenciar entre el hambre emocional y el hambre física son los siguientes:

Hambre Física:

Se manifiesta de a poco

Se calma alimentándote con una variedad de alimentos

Después de comer desaparece

Comida con consciencia

Hambre Emocional:

Aparece de manera repentina

Hay antojos por dulces o cosas especificas

Insaciable

Comes sin consciencia de lo que estás haciendo

 

Los alimentos están hechos para nutrir el cuerpo físico, no el emocional ni el mental.

Estar conscientes de querer cambiar es el paso más importante

Ahora que tienes claras las diferencias y la razón por la cual eliges este mecanismo

¿Qué vas a hacer al respecto?

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